Puede que antes de quedarte embarazada ya te gustara disfrutar de una infusión de plantas, o que hayas oído hablar de ellas para mitigar algunos de los síntomas típicos del embarazo como náuseas o ardores. Hay una amplia variedad de infusiones herbales, pero no todas están recomendadas durante el embarazo.
En Maternify te ofrecemos un servicio de asesoramiento nutricional para el embarazo. Durante el embarazo hay una serie de alimentos y comidas que debemos priorizar frente a otros alimentos que deberíamos evitar al máximo.
Te contamos todo lo que debes tener en cuenta sobre el consumo de infusiones durante la gestación, cómo algunas pueden ayudarte a sentirme mejor y cuáles deberías evitar por el riesgo que entrañan.
Las infusiones de hierbas contienen distintas propiedades que en un momento dado pueden ayudarnos a relajarnos, mejorar el descanso nocturno, hacer mejor la digestión o mejorar el sistema circulatorio. Pero el embarazo es una etapa especialmente vulnerable en la que es muy importante vigilar lo que consumimos, pues ciertos alimentos, bebidas o medicamentos podrían dañar al bebé.
Cuando hablamos de infusiones naturales o de plantas es importante tener en cuenta que no por ello tienen que ser siempre inocuas para el organismo. De hecho, si nos paramos a pensar, multitud de venenos utilizados desde la antigüedad provienen de las plantas.
Es por ello que se tiende a desaconsejar el consumo de estas infusiones durante el embarazo, algunas porque su efecto nocivo es evidente y otras porque no hay suficientes estudios al respecto:
• Poleo-menta: se trata de una de las infusiones más consumidas pero su uso está totalmente desaconsejado durante el embarazo y también durante la lactancia, pues contiene una sustancia llamada pulegona que tiene efecto abortivo y tóxico hepático, renal y neurológico.
• La salvia, las infusiones de regaliz y las de romero pueden elevar la tensión arterial, con los peligros que esto implica para el embarazo. El regaliz, además, puede provocar aborto y parto prematuro, y disminuir la producción de leche durante el puerperio, por lo que está catalogada como 'riesgo alto' en la web de e-lactancia.
• Anís verde, anís estrellado, salvia, agracejo y ruibarbo pueden provocar contracciones en el útero y desencadenar un parto prematuro, y además provocar sangrados, como en el caso del agracejo. Algunas de estas hierbas como el anís estrellado o el agracejo están desaconsejadas también durante la lactancia por ser 'poco seguras' y 'muy inseguras', respectivamente.
• Entre las hierbas desaconsejadas por sus posibles efectos gastrointestinales destacan el boldo (de 'riesgo alto' también durante la lactancia por su toxicidad hepática) y el eucalipto, que además de provocar náuseas, vómitos o diarreas si se consume en exceso, puede ocasionar sangrados (también es de 'riesgo alto' durante la lactancia)
• También hay hierbas desaconsejadas por su efecto teratogéneo en animales -es decir, provocan malformaciones en el feto-. Tal sería el caso de la equinácea, la cáscara sagrada y el sen, según podemos leer en la web de Boticaria García
• Otras infusiones de hierbas desaconsejadas durante el embarazo son la hierba luisa (por estimular el útero), la hierba de San Juan, la lavanda, la cola de caballo (según la web de e-lactancia se ha descrito un caso de posible relación con autismo tras un uso muy prolongado durante el embarazo), la cúrcuma (por su posible efecto abortivo y neurotóxico), el propóleo, la valeriana (de la que no hay suficiente evidencia para garantizar un uso seguro), el espino albar, el mate y la pasiflora y amapola (de 'riesgo alto' también durante la lactancia) por su alto contenido en alcaloides y toxicidad hepático-renal.
Mención aparte merece el té, una de las infusiones más consumidas y populares en todo el mundo. Existen diferentes tipos de té (té matcha, verde, rojo, negro, blanco...) y cada uno de ellos tiene unas propiedades diferentes.
En general, durante el embarazo se aconseja moderar el consumo de té (también durante la lactancia), pues contiene cafeína, una sustancia poco aconsejada en esta etapa y que puede influir en el peso del bebé al nacer, desencadenar un parto prematuro o incluso aumentar el riesgo de aborto. Además, el té normal podría dificultar la absorción del hierro y ácido fólico, dos elementos fundamentales para la madre y el bebé.
Así pues, los expertos suelen recomendar una ingesta no superior a dos tazas de té al día, pues esta cantidad se consideraría segura y no incrementaría los riesgos durante el embarazo. En cualquier caso, si consumes té de manera habitual y te has quedado embarazada, es recomendable que consultes con tu médico o matrona la idoneidad o no de seguir tomándolo durante la gestación.
A continuación detallamos las infusiones que estarían permitidas durante el embarazo, así como los efectos que tienen en el organismo y cómo podrían ayudar a la embarazada a mitigar algunos de los síntomas más frecuentes en esta etapa.
Aún así, insistimos en la importancia de moderar su consumo y consultar previamente con el médico o matrona cualquier duda al respecto.
Durante el embarazo es frecuente sufrir acidez o ardor de estomago, así como pesadez tras las comidas y otros problemas digestivos que llegan a ser realmente molestos, especialmente a medida que avanza la gestación. Hay varias cosas que podemos hacer para aliviar estos síntomas, y recurrir de manera eventual a las infusiones también podría ayudarnos.
Una de las infusiones más utilizadas en estos casos por sus propiedades digestivas es la manzanilla. Según el el ECEMC (Estudio Colaborativo Español de Malformaciones Congénitas), esta hierba no parece no tener riesgos durante el embarazo, aunque entre los posibles efectos adversos se destaca la exacerbación del asma, entre otros.
En lo que respecta a los vómitos y náuseas se ha observado que mejoran con la ingesta de jengibre (que podemos consumir en forma de infusión y de manera moderara), que además resulta ser un potente antioxidante. Asimismo es buena fuente de minerales como el selenio, el potasio, hierro, magnesio y zinc, y de vitaminas, entre las que destaca la vitamina E y las del complejo B, sobre todo, ácido fólico.
También el té de menta se considera efectivo para combatir las náuseas matutinas, si bien es muy importante moderar su consumo durante el embarazo, pues tomado en exceso podría tener efectos adversos.
Y por último destacamos otra hierba que aunque quizá no sea especialmente popular, sus efectos han sido probados para combatir el estreñimiento y las hemorroides. Se trata del plantago ovata, una infusión que consumida durante el embarazo puede ayudar a controlar estas desagradables molestias.
Más del 85% de las embarazadas padecen cambios en su patrón de sueño en algún momento de la gestación. Algunas sufren insomnio y otras pueden experimentar nerviosismo o ansiedad que impida su correcto descanso nocturno.
Con frecuencia, la melisa es utilizada para reducir el estrés y ayudar a descansar mejor, pero no hay estudios suficientes que avalen su seguridad cuando se consume durante el embarazo, por lo que algunos expertos tienden a desaconsejarla. Lo más recomendable es que consultes con tu médico antes de tomarla.
En lo que respecta a la tila, otra de las infusiones más utilizadas para calmar la ansiedad y favorecer el descanso, también hay una cierta controversia sobre su uso seguro durante el embarazo, pues no hay suficientes estudios al respecto. En general se considera segura, además de que podría ayudar a combatir síntomas catarrales y dolores de cabeza, pero de nuevo recomendamos consultar con el médico antes de tomarla.
Cuando la mujer ha cumplido 40 semanas de gestación pero todavía no se ha puesto de parto, podemos tomar una serie de medidas que ayuden a desencadenar el proceso de manera natural, y así evitar la inducción.
En este artículo hablamos sobre si se puede adelantar el parto de manera natural.
La matrona Carla Quintana, fundadora de 'Matrona para mí', nos daba algunas recomendaciones en este artículo para inducir el parto de forma natural, y también señalaba ciertas infusiones como un remedio al que podemos recurrir, si bien dejaba claro que no hay evidencia científica de que funcionen, aunque consumidas con moderación no entrañan riesgos para madre y bebé:
"Las infusiones de hoja de frambuesa y jengibre son también muy recomendadas para estimular al útero y generar contracciones. No hay ninguna evidencia científica de que funcionen, pero al no tener ningún riesgo para la madre y el bebé, si nos gusta y nos apetece tomarnos una infusión de este tipo no pasa nada por hacerlo".
Entre los efectos que se le atribuyen a las infusiones de tomillo destaca su efecto antioxidante, sus propiedades antisépticas y cicatrizantes y su efecto antiinflamatorio, aunque quizá sean sus propiedades para combatir síntomas catarrales y gripales lo que le convierte en una de las infusiones más populares.
Artículo escrito en colaboración con Bebés y más.
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